sábado, 12 de diciembre de 2015

La perfección de los instantes

Una mirada, un abrazo, una palabra... Un instante que lo cambia todo , que atraviesa la memoria y nos pone de cabeza. Todo comienza y finaliza ahí, en aquel segundo, que significa muchísimo más de lo que parece ser.

¿Cuántas veces hemos deseado "quedarnos por siempre así"? De determinado modo, en un lugar preciso, en el momento justo... Infinitas. Y es ahí cuando un simple momento, algo a veces cotidiano, se convierte en algo más y se congela; como estatua en un museo, como cuadro en exposición o como las palabras de aquel libro que nunca queremos dejar de deleitar , permitiéndonos recorrerlo y disfrutarlo una y otra vez, volviéndolo mágico. ¡Aquellos son los tan espléndidos y preciados instantes!

Porque, al fin y al cabo, la vida no es más que eso, un conjunto de simples y perfectos instantes que se suceden de manera inagotable en la eternidad de nuestra mente y logran recordarnos que aún estamos vivos. Reitero, todo lo que buscamos pasa por ahí, junto a un gesto que emociona, un par de ojos cálidos con los que nos encontramos sin querer, o aquel "te quiero" que desata terremotos y parece tan difícil de decir.

Somos instantes, pequeños momentos que de repente se vuelven especiales y pasan a formar parte de nuestra memoria. Instantes buenos, trágicos, emotivos; ínfimas partículas de tiempo que determinan que todo sea especial y diferente; pero que también nos marcan, nos duelen y transforman y sin embargo no cambiaríamos por nada en el mundo porque sí, son hermosos  y también tan perfectos como cada ser que los lleva dentro.

Disfrutá de la vida y de todos sus instantes, querelos, aprecialos y guardalos como un tesoro porque, al fin y al cabo, son ellos los que nos hacen ser así de únicos e irrepetibles como somos ahora